Tal y como explica Loto Perrella en su libro Candidisis, verdades y mentiras de una enfermedad, parece que hoy en día las personas no estamos dispuestas a renunciar ninguno de nuestros placeres, aunque sea para mejorar nuestra salud. Comemos alimentos basura, la cerveza que bebemos está hecha con enzimas OGMs (organismos genéticamente modificados), el agua está contaminada por metales pesados (además de aluminio, nitratos, herbicidas y pesticidas, cloro y flúor), la leche está obtenida de vacas tratadas con hormonas del crecimiento, las hortalizas son de ingeniería genética... y ello a la larga debilita nuestro sistema inmunitario y nos enferma.
Consumir alimentos ecológicos supone comer alimentos saludables, de mayor calidad nutritiva y más sabrosos, exentos de sustancias químicas, plaguicidas, pesticidas, antibióticos, fertilizantes sintéticos, aditivos y conservantes.
Además, la agricultura ecológica (o bio/biológica/orgánica -significan lo mismo-) ayuda a la preservación del ecosistema y al desarrollo rural sostenible (conservando la fertilidad de la tierra, manteniendo los hábitats de los animales silvestres, respetando los ciclos naturales de los cultivos, reciclando los nutrientes, y utilizando de forma óptima los recursos naturales) y es respetuosa con el bienestar animal (evitando el estrés de los animales y potenciando el crecimiento en semi libertad).
Algunas personas dicen que no se plantean consumir alimentos ecológicos porque su precio es superior al de los alimentos convencionales (debido a su mayor coste de producción), sin embargo, yo creo que esta diferencia merece la pena, ya que sabes que estás consumiendo productos más ricos, saludables y de calidad, además de ayudar a evitar la contaminación de la tierra, el agua y el aire.
Hola,
ResponderEliminaraquí una cooperativa/ tienda de productos ecológicos interesante:
www.tpbio.es