SÍNTOMAS SORPRENDENTEMENTE RELACIONADOS CON LA CANDIDIASIS

Además de los síntomas más conocidos como pueden ser: ansiedad de alimentos dulces, fatiga, mala memoria, incapacidad para concentrarse... Cuando fui a la consulta de mi nutricionista me sorprendí de otros síntomas que yo presentaba, y que jamás hubiera relacionado con mi problema digestivo, son estos:


- SENSIBILIDAD AL FRÍO
- DISMINUCIÓN DE LA LIBIDO 
- CAÍDA DEL CABELLO: empezó a caérseme mucho pelo, de hecho me preocupé tanto que acabé comprándome un champú anti-caída
- FÁCIL AUMENTO DE PESO: yo siempre he sido más bien delgada, sin embargo, desde que empecé a encontrarme mal engordé 10 kg (llegando a los 60kg de peso), yo no tenía la sensación de comer más y, por más ejercicio que intentase hacer y aunque comiese menos, no conseguía adelgazar
- DOLORES DE CABEZA: en mi caso solía ser un dolor muy intenso entre los ojos
- MAL ALIENTO
- MENSTRUACIONES DOLOROSAS: no estoy segura de que en mi caso esté relacionado con la candidiasis, porque yo siempre he tenido reglas muy dolorosas
- TENDENCIA A HACERSE MORADOS CON FACILIDAD: empezaron a aparecerme moratones en las piernas que no sabía cuándo me había hecho
- NERVIOSISMO EXCESIVO
- TAQUICARDIAS: esto me preocupaba bastante, pero mis médicos me decían que todo se debía a mis nervios
- MANCHAS BLANCAS EN LAS UÑAS
- DISMINUCIÓN DEL SENTIDO DEL OLFATO Y DEL GUSTO
- CICATRIZACIÓN LENTA: en la pierna me biopsiaron un eccema gigante y tardó en cicatrizarse un año
- LABIOS CORTADOS
- OJOS SENSIBLES A LA LUZ: en verano ir a la playa se convirtió en algo imposible, ir por la calle complicado, y cuando intentaron hacerme una resonancia magnética no pude, tuve que comprarme un antifaz que me tapase totalmente la luz porque me molestaba muchísimo.
- INSOMNIO: llegué a estar días sin dormir o durmiendo una hora, un auténtico infierno. Mis médicos me decían que también era debido a los nervios y me daban calmantes que no me servían para nada.
-BRUXISMO O RECHINAR DE DIENTES: cuando estaba nerviosa, de forma inconsciente, empezaba a rechinar y a apretar los dientes (nunca antes me había ocurrido), y a veces me despertaba de mis sueños porque me daba cuenta de los estaba rechinando.